El 15-M y la democracia

El 15-M y la democracia

Una aanécdota reveladora ocurrida en Bilbao.

El pasado sábado día 12 de mayo hubo, como se sabrá, una convocatoria de lo que se viene llamando 15-M, a modo de «previa» del aniversario de aquel 15 de mayo de 2011.

Allí se encontraban, junto a unas 2.000-3.000 personas, algunos militantes de GKB, que repartieron unos centenares de panfletos de la campaña «Recortes… ¡para ellos!», que fueron extraordinariamente acogidos por los presentes.

Pero en un momento determinado, una persona «del movimiento» les sugirió, digamos, que dejasen de repartir estos panfletos, ya que naturalmente van firmados por nuestra organización y tienen un carácter claramente político.

Lejos de ello, se terminaron de repartir los panfletos sin problemas.

Podemos señalar otro elemento, y es que allí se encontraban otros grupos con su propaganda, desde Antikapitalistak hasta CNT, pasando por SOS Racismo e incluso, desgraciadamente, los provocadores de UCE. Desconocemos si la persona que protagoniza esta anécdota se dirigió también a esos grupos.

Esta anécdota podemos completarla aclarando que, de acuerdo con integrantes (estos sí, autorizados) del 15-M de esta zona, no existía ni existe ninguna consigna que impida el reparto de panfletos de cualquier tipo, vengan o no firmados, sean o no políticos.

¿Qué nos muestra todo esto?

- Primero, que un sector del «núcleo» del llamado 15-M hace gala de apartidismo, suponiendo erróneamente que todos los asistentes o participantes son personas «sin partido», lo cual no es así de ninguna manera. Esto se ha visto también en el «sinbanderismo» que significa la dificultad (o imposibilidad) de portar banderas, de uno u otro signo.

- Segundo, que las masas, en gran parte desorientadas debido a la descomposición política del Estado Español (lo cual tiene su impacto también en Euskal Herria, aunque en menor grado), acogen sin embargo positivamente los mensajes que los comunistas tenemos que dar; y ello es normal, puesto que los comunistas luchamos por el derrocamiento revolucionario del actual sistema y la construcción de un mundo nuevo, el socialismo y el comunismo, que expresa los intereses vitales profundos de las más amplias masas trabajadoras, de la mayoría de la sociedad.

- Tercero, que pese a todo, incluso otro sector del propio 15-M comprende esto, y de ahí la inexistencia de consignas específicamente contrarias a la actividad política.

No puede ser de otra forma, porque el apartidismo y el «sinbanderismo» impuestos son antidemocráticos y hacen el juego al sistema.

Sin duda muchos están en este apartidismo de buena fe, porque piensan que permite mantener la unidad y evitar problemas. Otros, en cambio, pensarán que es «su momento» y no están dispuestos a que nadie les haga sombra; mientras que los agentes del sistema, infiltrados varios y demás, fomentarán todo lo que puedan esta línea con vistas a neutralizar a los movimientos políticos y sociales que disponen de alguna teoría general, métodos organizativos y tradiciones de lucha.

En este sentido, el 15-M podrá ser un movimiento heterogéneo de carácter democrático general, en el que forzosamente ha de haber tendencias diferentes y respeto a la democracia, lo que incluye la actividad política diferenciada y abierta; o un movimiento controlado, manipulado y que sirva de válvula de escape del hartazgo de las masas, diseñada para desviarlas de una toma de conciencia profunda y una organización firme y combativa, capaz de llevar a cabo una revolución verdadera.

El apartidismo y el «sinbanderismo» favorecen la segunda opción y confirman muchas sospechas sobre a quién beneficia este tipo de movimiento, qué valores transmite realmente, y no en la imaginación de algunas personas bienintencionadas, etc.

El progresivo empeoramiento de la situación económica, social y política llevarán inevitablemente a una agudización de la lucha de clases, o dicho de otra manera para que se entienda mejor, a una radicalización de las posturas de cada clase en la lucha por sus condiciones de vida.

Cuando esto ocurra (que ya está ocurriendo en realidad), también se ahondarán las diferencias entre los sectores del 15-M.

Porque en efecto, en los movimientos heterogéneos, hay sectores perfectamente burgueses que no buscan un cambio en el sistema, y sectores que sí (y en este caso todavía habría que ver en qué dirección).

Estas diferencias sólo pueden expresarse políticamente, puesto que los partidos políticos no son más que la expresión de los intereses de diversas clases, dejando de lado el hecho cierto de que algunos de ellos engañan a las masas al respecto.

Oponerse a esto será, por lo tanto, oponerse a la democracia, posicionarse a favor de la dictadura del capital, aunque sea bajo la capa del apartidismo, el «sinbanderismo» y otras ideas antipolíticas similares.

Los comunistas tenemos ideas firmes, una teoría revolucionaria, el marxismo-leninismo, y una organización. No tememos a la diversidad de posiciones políticas. Quizá otros la teman, debido a que sus posiciones políticas son, en el fondo, indefendibles.

EKB

Related Posts

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Lea más x