Texto del camarada David Fuente, de Volver a Marx, en el que analiza la actual tendencia al izquierdismo de ciertos sectores comunistas. Además, concreta varios conceptos importantes a la hora de abordar el análisis del contexto actual desde una óptica marxista-leninista.
La UJCE, la sanidad pública y el Mugimendu Sozialista: principios positivos y algunos errores
David Fuente-. www.intervencionycoyuntura.org
Parece que la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE), preocupada
por los errores del Partido Comunista de España, busca marcar distancia con
estos. Pero, al mismo tiempo, y sin que sea exigencia de lo anterior, parece que
no se está dando cuenta de que reproduce algunos planteamientos que le alejan
del marxismo-leninismo.
Lo cierto es que copiar los análisis del Mugimendu Sozialista (MS) no es un
buen camino. Los camaradas del MS (cuya sección juvenil es GKS: Gazte
Koordinadora Sozialista) tienen el fundamento adecuado de recuperar el
proyecto comunista. Esto es una iniciativa crucial en la actualidad y un gran
paso adelante en el contexto vasco. Pero por el momento ni su proyecto de
partido es leninista ni varios aspectos de su análisis contemporáneo son
correctos. Se aprecia confusión incluso en cuestiones esenciales sobre las clases
sociales, y, por desgracia, entre los textos más teóricos, una tendencia a huir
con generalidades y trucos del lenguaje ante los verdaderos problemas.
El MS está desarrollando debates y ojalá prospere hacia una línea leninista. Si
avanza en ese camino, dejará atrás este izquierdismo académico burgués que de
momento tiene fuerte presencia (se aprecia la inclinación al marxismo
occidental, contra la asimilación de las obras fundamentales de Lenin y Stalin).
Asumir los análisis de los camaradas del MS, desde una organización que se
define marxista-leninista, solo prueba que las definiciones estatutarias son a
menudo una (buena) intención. Elegir bien los objetivos no es poco, pues no es
general esta buena elección, pero hay que dar pasos efectivos hacia ellos.
La asimilación de la ciencia marxista-leninista es un vastísimo trabajo. Hubo un
tiempo en el que existía una academia de las ciencias de la URSS que facilitaba
las cosas. Qué empeño puso Stalin, dirigiendo a los mayores expertos soviéticos,
en impulsar la alta calidad de aquel manual de economía política que tradujo
Wenceslao Roces, destinado a educar a la joven generación comunista de la
URSS y a los partidos de todo el mundo, en general tan débiles en el dominio
del marxismo. Hoy estamos bastante peor y contamos con muy poca ayuda. Ni
siquiera hemos recogido todo el legado pasado; qué decir de las débiles
posibilidades de desarrollar aquello que no se domina. La confusión teórica es
total. En España hay sectores sacristanistas, buenistas, antiengelsistas,
bernsteinianos de nuevo tipo… casi la totalidad de formas de desviarse del
marxismo-leninismo. No hay artificios para solucionar esto. No hay puentes ni
atajos ni revelaciones que suplan la asimilación teórica de la experiencia
revolucionaria anterior, plasmada por el puño y letra de los más destacados
dirigentes e intelectuales comunistas, y a la que solo se accede mediante el
estudio. Pero tomar conciencia de la debilidad únicamente puede abatir a quien
no confía en el proyecto. Quien confía en él solo ve, en la identificación de sus
problemas, el primer paso para dirigir las fuerzas hacia la solución.
Este 10 de febrero, la UJCE ha publicado el artículo “Crítica a la defensa
socialdemócrata de la sanidad pública”. En él aparecen unas consignas y
planteamientos que antes no había difundido la organización. Se trasparenta
con bastante claridad el último programa de Estrategia a debate ―nuevo medio
audiovisual del MS― titulado “Proletarización y ruptura política”. Este
programa fue publicado poco antes, el 1 de febrero. También es evidente la
influencia de artículos previos de la misma organización, especialmente
“Contribución a una política sanitaria socialista”, de mayo de 2020.
Ocurre que, en un largo contexto de debilidad del movimiento comunista,
cuando no se persevera en el estudio de los principios, es fácil creer ver en un
fenómeno incipiente ―y surgido en las condiciones específicas del contexto
vasco― las soluciones a los propios problemas. La UJCE vivió una sacudida
igual con la irrupción del movimiento feminista. Tal y como muestran los
posicionamientos desde 2017, aquella sacudida no llevó a la UJCE a profundizar
en la teoría y la experiencia comunista sobre la emancipación femenina (estudio
que no puede llevar menos de un año de intensa dedicación), sino a una
asimilación ecléctica de planteamientos pequeñoburgueses. Luego, en la
práctica, y al reflujo del movimiento, será posible constatar que hubo
amoldamiento espontáneo. Pero, aún a toro pasado, si no se ajustan cuentas
teóricas, no es posible salir del terreno de la intuición y del ensayo-error, y
aprender en profundidad. De un error, por desgracia, se pasa a otro… Cerrarse
a la limitada experiencia propia, absolutizar el valor del ensayo-error en la
ciencia ―como hizo el maoísmo de la revolución cultural― supone situarse en el
campo del espontaneísmo y no cumplir con las exigencias teóricas de la tarea
histórica del proletariado.
¿Qué elementos del análisis del MS se traslucen en ese artículo sobre la
sanidad? Cabe destacar sobre todo uno que es central en esta organización: un
particular uso (ecléctico) del concepto de proletarización. Se trata de un
concepto que la UJCE no venía empleando a la hora de exteriorizar sus análisis
contemporáneos ―algo no necesariamente recriminable, puesto que, empleado
rigurosamente, no tiene en los últimos 15 años la centralidad que le atribuye el
MS―. De hecho, una sencilla búsqueda del mismo en su web, juventudes.org,
solo arroja este último artículo sobre la sanidad como resultado. Por lo demás,
en sus redes la referencia más antigua son dos tweets del 30 de enero y el 4 de
febrero de este año. Muy distinta es la situación en la elaboración teórica y la
agitación y propaganda del MS, donde viene teniendo presencia constante. De
modo que el empleo de este concepto por parte de la UJCE como clave analítica
a difundir, incluso como pilar de nuevas consignas, se acaba de producir. Toca
constatar la manera en que se hace y si esta es la correcta. Como veremos, es
un verdadero nido de equívocos.
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