Empresa privada + PNV = precariedad y explotación laboral. Esta ecuación se repite a lo largo y ancho de Euskal Herria. El penúltimo episodio, denunciado por Eragin Bilbo, ha sido el Festival BBK Live. Promovido por Last Tour y la financiación del Ayuntamiento de Bilbao, ha reunido este año a más de 110.000 personas.Cuando pensamos en este macro festival, probablemente lo primero que nos venga a la cabeza sea un acontecimiento veraniego destinado al ocio juvenil, para que pasemos un buen rato disfrutando de la música. También es un reclamo anual para los jóvenes que quieran trabajar en él y sacarse algún dinero.
La realidad detrás de los artistas, la fiesta, la música y el ambiente son la vulneración sistemática de los derechos laborales más fundamentales: Turnos de 15h seguidas sin descanso, pagas de menos de 5€ la hora (o incluso 3,5€ a la hora), coacción a los y las trabajadoras para mentir en las inspecciones de trabajo, amenaza de despido si alguien protesta frente a las condiciones de trabajo…
Como no podía ser de otra manera, la alcaldía peneuvera de Bilbao, financia con más de un millón de euros de dinero público el festival con el pretexto de que “genera riqueza y fama para la ciudad”. Y si bien es cierto que el BBK Live origina ganancias abismales, no podemos sino preguntarnos ¿A dónde va a parar dicho dinero? A la juventud trabajadora que hace posible el acto desde luego que no.
Tras hacerse públicas las condiciones semi-esclavistas que Last Tour impone a sus trabajadores, el Ayuntamiento bilbaíno ha mostrado hipócritamente su preocupación y sus “deseos” de actuar con contundencia ante dicha situación. Juan Mari Aburto quiere ahora lavar su imagen después de llevar varios años despilfarrando millonadas en favor de Last Tour, cooperando en la explotación laboral de la juventud vasca. El Partido del Negocio Vasco (PNV) pretende ahora blanquear su imagen y lavarse las manos.
El matrimonio empresarial y mafioso entre Last Tour y el PNV se entiende mejor si tenemos en cuenta que Alfonso Santiago, el jefazo de todo el tinglado, participó en la campaña electoral jeltzale pidiendo el voto para Aburto. Así funciona la democracia liberal y el juego del politiqueo barato. Un politiqueo que no está ni puede estar al servicio de los trabajadores. La verborrea burguesa engrosa los bolsillos de los de siempre mientras que precariza y humilla en los planos laboral, económico y de ocio al conjunto de la clase obrera, principalmente a la juventud.
Tal es el ocio que fomenta el Ayuntamiento del PNV en Bilbao y en el resto de Euskal Herria: uno focalizado en el beneficio de las grandes empresas, nunca en la juventud. ¿A quién sirve el Ayuntamiento de Bilbao? ¿A la juventud y a la clase obrera bilbaína o a las empresas que se embolsan millonadas a costa de los derechos laborales más básicos de sus propios jóvenes?
La burguesía casposa y rancia del siglo XXI repite constantemente que el capitalismo es progreso, desarrollo y la única forma viable de sistema económico-social. Alegan que las condiciones actuales son incompatibles con las que imponían en el Siglo XIX, durante aquel capitalismo de barracones y míseras pagas. Pero, ¿acaso estamos tan lejos de aquel capitalismo? ¿Acaso actúan los capitalistas de 2019 distinto de los de 1919? Desde luego su actuación es más refinada y sutil que la de sus abuelos.
Los números, que tanto gustan a veces a estos parásitos sociales, hablan por sí mismos:
· El 35% de nosotros está en riesgo de pobreza.
· Tenemos un salario medio anual de 6.480 euros. Los menores de 25 años ganamos ahora un 21.5% menos que hace unos años.
· Los jóvenes tenemos una tasa de temporalidad del 55%. En el caso de las mujeres esta es del 70%
· Sólo el 19% de nosotros puede emanciparse y crear un proyecto vital independiente.
Teniendo en cuenta las condiciones laborales a la que nos vemos empujados en trabajos como Glovo, Telepizza o BBK live, entre otros, en los que la precariedad está a la orden del día y en los cuales la salud y la seguridad del trabajador importa más bien poco, no cabe duda de cuál es el epicentro del sistema capitalista: Las personas o los beneficios económicos.
El único camino para la juventud trabajadora es luchar. Luchar por nuestro futuro. Luchar por nuestros derechos. Luchar contra nuestros explotadores y sus lacayos. Y vencer. Solo de esta forma podremos demoler los muros de la opresión y forjar un nuevo mundo. En este camino, es imprescindible garantizar nuestra independencia política ante quienes no nos representan, organizándonos en nuestros barrios, en nuestros trabajos.