Miércoles, sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados del Reino de España. El mismo día que el Consejo de Ministros va a aprobar la enésima «reforma laboral», es decir abaratar para los capitalistas la compra de fuerza de trabajo.
Los políticos profesionales del PP-PSOE y restantes grupos subalternos dedican estas sesiones a buscar titulares, salir en los resúmenes de TV y lanzar diversas soflamas demagógicas, insultos pretendidamente ingeniosos y justificaciones desvergonzadas de sus políticas respectivas.
Y hoy, la Sra. Fernández de la Vega, vicepresidenta del Gobierno, conspicua «no-miembra» del PSOE y otra de tantas que inició su andadura en el PSUC-PCE, le espeta a la Sra. Sáenz de Santamaría que su partido (el PP) «va a terminar abrazando el marxismo-leninismo».
Repitiendo la argumentación de la Sra. Pajín en días anteriores, dice al PP que «les estamos escuchando algunas cosas que causan sonrojo», es decir la nueva tesis demagógica de cuño neofascista según la cual el PP es ahora «el partido de los trabajadores».
En el mundo al revés de la demagogia y el engaño tiene lógica que el PSOE haga de PP y el PP de PSOE, pues tanto monta, monta tanto.
Pretende por tanto la Sra. de la Vega desmontar la farsa del PP llevándola al absurdo.
No hacía ninguna falta pues es obvio que el partido del gran capital y los explotadores en ningún caso puede ser el partido de los trabajadores. Bastante claro es también que no puede serlo el partido de advenedizos llamado PSOE, traidor hace ya mucho a la clase que lo creó.
De modo que sólo ha logrado dejar claro que un partido de los trabajadores es igual a un partido marxista-leninista.
Lo confiesa, porque lo sabe, y así lo reconoce.
Y en el PP lo saben igualmente. De hecho, todos los miembros de esa desacreditada cámara lo saben perfectamente, quizá los que mejor lo saben son los de IU (perdón, ICV).
Pero se dedican todos ellos al jueguecito de la «democracia» burguesa y declaran una y mil veces que la clase obrera no existe ni juega ningún papel, que el marxismo-leninismo murió, que no existe, que nunca ha existido, que es falso y erróneo, que fracasó, que es antidemocrático, que no es moderno ni actual, que no es válido para Europa…
Pero para ser el partido de los trabajadores «hay que abrazar el marxismo-leninismo».