*Declaración del Comité Central de Gazte Komunisten Batasuna sobre las detenciones y prohibiciones ocurridas durante los primeros días de enero en distintos puntos de Euskal Herria.
Las continuas detenciones y ataques a los derechos democráticos más fundamentales que venimos viviendo, incluso después del fin de la lucha armada de ETA, sólo vienen a corroborar lo que los comunistas veníamos explicando desde hace ya más de un siglo: el Estado es una máquina de represión contra el pueblo.
Esta vez los representantes políticos y judiciales de la facción más chovinista y reaccionaria de la oligarquía española han cargado contra los interlocutores del EPPK, como ya lo hicieron contra Herrira, y continúa la provocación prohibiendo la manifestación por los derechos de los presos políticos vascos.
Como ya es sabido, existía una convocatoria de manifestación para el sábado día 11, en Bilbao a las 17:30, bajo el nombre Tantaz Tanta, con el lema «Derechos humanos, resolución, paz. Euskal Presoak Euskal Herrira (Los presos vascos a Euskal Herria)». El carácter de esta manifestación de masas, era indudablemente pacífico y democrático. Por ello, la prohibición de la manifestación por parte del notorio fascista y ex-alto cargo del PP, juez Velasco (frente al anterior criterio del juez Ruz), resalta como una nueva expresión del fascismo ordinario que se infiltra por todos los poros del Estado.
Todos los planes que pongan en duda el marco constitucional emanado de la legalidad fascista, van a ser reprimidos sistemáticamente, incluso mediante la supresión de los derechos democráticos más básicos como son el derecho de manifestación, de libre expresión, de reunión, de participación política, de huelga y sindicación…
Todos estos derechos serán aplicados como les venga en gana a los grandes banqueros y empresarios mientras sigan teniendo el monopolio de la violencia y un pueblo desorganizado e incapaz de responder.
Como es lógico, esta bárbara prohibición ha suscitado la indignación general en Euskal Herria, y por ello, era de prever que la convocatoria tendría un éxito mayor del que podría haber tenido inicialmente, aunque en un escenario complejo y propicio para la provocación. El pueblo, desde luego, no debe dejarse amedrentar y deberá luchar por sus derechos de reunión y manifestación en la calle.
Ahora, sin embargo, se ha desconvocado esta manifestación. En su lugar, PNV, Sortu, ELA y LAB junto a otras adhesiones, llaman a una «marcha silenciosa» a las 18:00. Debemos decir que a pesar de todo apoyaremos esta convocatoria únicamente por lo que tiene de apoyo a la idea inicial prohibida, la cual estábamos listos como GKB para secundar aun en la ilegalidad.
Eso no nos impide criticar la opción tomada, en la medida en que supone no confrontar con la reacción sino tratar de bordearla con el apoyo del partido de la burguesía nacionalista, en una «marcha silenciosa» que no deja de ser una muestra de acato y sumisión. El mismo PNV que lanza a la Ertzaintza a reprimir duramente al pueblo que se moviliza en tantas y tantas ocasiones (y que tenía previsto hacerlo mañana según noticias de prensa) se sitúa así, quiérase o no, en el papel de dirigente, o al menos de protector, del movimiento nacional.
Consideramos que debió hacerse un llamamiento a evitar la provocación, pero mantener la convocatoria. Es posible manifestarse incluso pacíficamente, en esas circunstancias. Con ello, se daría una lucha por la democracia, por el derecho a manifestación, por el derecho de participación política, por la libertad de los detenidos en la última redada policial y por los derechos de los presos. Todo ello podría suponer una elevación del nivel político y de la conciencia del pueblo.
Esta nueva convocatoria cambia las cosas notablemente, pero la lucha por la democracia es también la lucha por la abolición de toda la legalidad de excepción propia de un Estado fascista como la ley antiterrorista o la Ley de Partidos, es también la lucha por la disolución de la Audiencia Nacional y la invalidación y revisión de todos los procesos presentes y pasados, la depuración de los elementos fascistas de los Cuerpos y Fuerzas de seguridad del Estado y del Ejército y por el derecho de autodeterminación del pueblo vasco.
Y la lucha por la democracia hoy debe tener la perspectiva de la toma del poder político en el Estado por parte de los trabajadores, porque es la única garantía de que los derechos democráticos sean respetados.
Teniendo presentes estas circunstancias, GKB hace un llamamiento a los trabajadores vascos a acudir a pesar de todo, a defender los derechos democráticos más fundamentales.